
Para inicios del siglo XVII existía un poblado de doctrina a un lado de la
quebrada LaVichú, una crecida del río arrasó con las casas y la gente se
mudó hacia la zona donde hoy se encuentra Sabana de Mendoza. Desde entonces
fue creciendo primero con el impulso del paso del ferrocarril a
La Ceiba - Motatán,
que entró en funcionamiento en 1887. Convirtiéndose en una especie de centro
donde convergían personas de lugares La Ceiba,
Moporo, Betijoque y
Motatán. El impacto fue tal, que el 26 de
octubre de 1887 se tiene como fecha de fundación de Sabana de Mendoza,
debido a la firma del documento por Ignacio Rigores, a nombre de los dueños
de esas tierras, a la donación de 30 hectáreas para la construcción de la
estación Guzmán Blanco. Montilla Abreu, citando a J. Rodríguez en su libro
El paisaje del riel en Trujillo (1880 - 1945), nos dice "El
establecimiento del ferrocarril en Trujillo dio lugar al nacimiento de un
nuevo poblado en las Sabanas de Mendoza, probablemente el único caso en
Venezuela, de una formación urbana que nace asociada a un ferrocarril".
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Estación del Ferrocarril La Ceiba |
El otro impulso lo recibió
en la década de los 50 del siglo XX con la construcción de la carretera
Panamericana. Antes del ferrocarril esta Zona Baja de Trujillo estuvo muy
aislada del resto del país. Un viaje desde La Ceiba oPuerto La Dificultad hasta
la ciudad de Trujillo en 1850 tomaba hasta 5 días y citando a Luis González,
cronista de Valera, una "picada" de anófeles significaba la muerte en
24 horas. Entre los años de 1887 y 1889 se desató en Trujillo una epidemia de
fiebre amarilla cuyo foco principal fue Sabana de Mendoza. Montilla Abreu,
citando a A. Cardozo, en su libro Sobre el cauce de un pueblo (2001) dice
"la epidemia de fiebre amarilla iniciada en Sabana de Mendoza se propaga
por la ciudad de Trujillo obligando a emigrar a casi todos los pobladores hacia
los campos circunvecinos... En Sabana de Mendoza, los habitantes emigran a
Betijoque; los empleados del ferrocarril y las autoridades sólo permanecen en
el caserío durante el día. No hay ni siquiera quien entierre a los
muertos". La enfermedad se erradica definitivamente en 1906.
Como un aspecto de la vida del
pueblo quisiera mencionar algo que me contó una amiga nacida allí. Cuando
ella era niña, en los años 60, acompañaba a su mamá hasta el Río Pocó, a
unos de 25 kilómetros, a lavar la ropa ya que en Sabana de Mendoza no había
suficiente agua para eso. Y hubo una vez que se salvaron por poco, ya que
mientras lavaban alguien gritó ¡cuidado que viene una crecida!
salieron todos rápidamente del lugar y al poco tiempo llegó una inmensa
cantidad de agua bajando por el caudal del río con una fuerza tal que hasta
arrastró a un camión que por allí estaba.